martes, 27 de diciembre de 2011

¿Por qué no hay premios Nobel en Matemáticas?


Supongo que la mayoría de vosotros ya sabéis la respuesta a esa pregunta, pero para aquel que no lo sepa, ya se lo cuento yo: No, no hay premio Nobel de Matemáticas.

Debida a la ausencia de este galardón, se instauró en 1936 la Medalla Fields, a la que popularmente se le llama “el nobel de matemáticas” al tratarse de la máxima distinción a un investigador en esa rama, dada la ausencia del Nobel. Medalla que, por cierto, espero y confío en que consiga mi cuñado un año de éstos… Actualización: por ahí va, por ahí va…
Pero volviendo al hecho de que no hay Nobel de Matemáticas… ¿Y eso por qué? Es ampliamente extendida la leyenda que dice que porque así lo dejo estipulado expresamente en su testamento el propio Alfred Nobel.

Mmm… ¿qué iran contando por ahí los matemáticos de mí?
Se decía que en el mismo, además de especificar los premios Nobel de Literatura, Medicina, Física, Química y Paz, se establecía un veto explícito a que exista un premio con su nombre para la rama de Matemáticas.
Qué raro, pensarán. ¿Es que le tenía algún tipo de manía a los matemáticos? Pues (y siempre según la leyenda) sí. ¿Y por qué?
Pues simple y llanamente porque dicen que descubrió que su mujer se la pegaba precisamente con un eminente matemático sueco contemporáneo (Mittag-Leffer), que debía de enseñarle trigonometría a la señora al más puro estilo del Teorema de Thales de Les Luthiers:
Johann Sebastian Mastropiero dedicó su “Divertimento matemático opus 48, el Teorema de Thales, a la condesa Shortshot, con quien viviera un apasionado romance varias veces, En una carta en la que le dice: “Condesa, nuestro amor se rige por el Teorema de Thales: cuando estamos horizontales y paralelos, las transversales de la pasión nos atraviesan y nuestros segmentos correspondientes resultan maravillosamente proporcionales”.
Por cierto, que el hecho de no existir Nobel de Matemáticas no quiere decir que no hayan ganado el Nobel matemáticos, lo que ocurre es que lo han hecho en otras modalidades (sobre todo en Economía, como el famoso John Nash) Quizás el caso más curioso es el de Bertrand Russell, insigne matemático que ganó… ¡el Nobel de Literatura!
Lamentablemente para los que alguna vez la han dejado caer en un reunión como dato erudito, (entre los que, desgraciadamente, me incluyo), la leyenda es falsa. Y es fácilmente demostrable la falsedad por dos hechos incuestionables:
  • El testamento de Alfred Nobel no contiene ninguna referencia a un posible premio de Matemáticas ni a su prohibición
  • Alfred Nobel nunca se casó
Lo más probable es que quizás el químico sueco simplemente no consideraba que las matemáticas pudieran ser una fuente de “progreso y felicidad para la humanidad” al considerarlas meramente teóricas y nada prácticas (ahí se equivocaba) y posteriormente, los matemáticos (ofendidos) urdieran la leyenda.
Así que los matemáticos tendremos que buscar otro cornudo del que reírnos, ya que el bueno de Alfred se fue a la tumba con la frente bien despejada.


 

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